Esquela del maestro mas querido de Candelario, año de 1927

Esquela en periósico de Bejar 1927

DON SIMON LOPEZ GOSALVEZ


El pasado sábado, día 11, falleció a la una de la madrugada, confortado con los Santos Sacramentos, victima de penosa y larga enfermedad sobrellevada con ejemplar resignación, el maestro jubilado don Simón  López Gosálvez, que descansaba, desde hacia dos años escasos, en Arroyo del Puerco, pueblo de la provincia de Cáceres, en el que su hijo, don Francisco López González ejerce la medicina.
Hijo de honrados y modestos padres, nació don Simón  López en Béjar, estudiando con gran aprovechamiento, pensionado por el Excelentísimo Ayuntamiento, la segunda enseñanza en nuestra ciudad, obteniendo el grado de Bachiller.
Después de alcanzar el titulo de Maestro nacional, ejerció su profesión durante dos años, como auxiliar, en las escuelas de Bejar y tras brillantes ejercicios, en reñidas oposiciones, obtuvo la escuela de Saucelle, en esta provincia. Por permuta, paso a Candelario, en donde residió 34 años. Su labor pedagógica en la vecina villa, fue fecundísima. En ella puso toda la fuerza de su inteligencia y de su voluntad y el vigor de su fe, pues don Simón López fue un maestro católico, educando a la vez que instruyendo.
El reconocimiento y el cariño de la villa de Candelario a nuestro malogrado paisano, se exteriorizaron, claramente, en el homenaje que hace poco más de un año le tributaron sus numerosos alumnos, las autoridades y sociedades de recreo, colocando una lápida, conmemorativa de su perseverante actuación, en la Escuela donde consumió su energía y dando el nombre de Simón López a la calle en que los hermosos edificios escolares están levantados.
De la sensación que ha causado en Candelario el fallecimiento del benemerito maestro pueden formarse idea nuestros lectores por los párrafos que transcribimos, publicados en El Adelanto del jueves último por su corresponsal Sr. Toimil.
“ Fiel cumplidor de su deber y caballero correcto y afable, supo conquistarse en esta villa las simpatías y el aprecio de todo el vecindario que veía en él al cultísimo maestro, educador de toda la actual generación, y al amigo cariñoso y atento que tenia frases amables para todos y consejos y enseñanzas.
Tan pronto como se divulgo la noticia, causo en todo el pueblo penosa impresión, viéndose reflejada la tristeza en todos los semblantes y escuchándose frases de alabanza y cariño, a favor de dicho maestro, de todos los labios.”
Gracias a la hidalga hospitalidad y al generoso impulso de compañerismo de los maestros nacionales de la villa de Arroyo, el cadáver de don Simón López fue acompañado hasta su ultima morada por la ilusión de toda su vida, por los niños de las escuelas arroyanas, que, en unión de sus profesores, asistieron al acto con velas encendidas, en tanto que estos últimos llevaban las cintas del féretro.
Descanse en paz el benemérito y distinguido bejarano, cuyo recuerdo vivirá perenne, durante muchos años, en la inmediata villa de Candelario.
Al testimoniar a su hijo don Francisco López González, hermanos, don Antonio y don Gabriel, todos amigos nuestros muy estimados y demás familia, la expresión de nuestro sentido pesar rogamos a nuestros lectores una oración por el alma del finado.  R. I. P. 

Este artículo incluida la imagen han sido enviados por J. Miguel Alvarez, muchísimas gracias por todas las magníficas aportaciones que haces a este  blog.
La fecha del artículo es de el día  18 de Junio de 1927 y fue publicado en el Semanario Católico de Bejar "La Victoria", que según me dice Jose Miguel tenía un tamaño enorme.

Comentarios

Ccasconm ha dicho que…
Joaquín Sierra: si no recuerdo mal me refería a la calleja de Ferrer que está un poco más abajo de la de Brochín. Te explico: Enrique Brochín fue un famaceútico que se vino a Béjar en el siglo XIX y que puso su botica en lo que conocemos hoy por "Botica de la Bola". Precisamente esa calleja que baja frente a su farmacia lleva su nombre por ello.

Santiago Agero Brochín es uno de sus nietos, si no recuerdo mal. Su padre, Vicente Agero Sanahuja (por cierto, hermano de tatarabuela) casó con una hija del farmaceútico, Carmen Brochín. De su matrimonio nacieron Santiago, el fundador de La Victoria y sacerdote (que vivía en casa de mis bisabuelos por ser primo) y Rufino Agero Brochín.

Un saludo y muchas gracias por tu aclaración
Joaquín Sierra ha dicho que…
Muchas Gracias Carmen por tus magníficas explicaciones y perdona por el error con el nombre de la calleja.
Un beso

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