Candelario Salamanca, tres momentos de su vida I

Mujer de Candelario con traje de Candelaria

Nos hallamos en 1832 y, en esta fecha, el inefable notario de costumbres madrileñas, don Ramón de Mesonero Romanos nos dice (1) "......y allí entre los mas famosos ordinarios trajinantes y arrieros de mas allá de todos los puertos que , en día y casi hora fija, acuden al reclamo de la villa y corte, en la calle Baja de Toledo, entre el fragor de los carromatos, recuas, calesas y galeras, y entre pintorescos transeúntes que, por su variable indumentaria dan a conocer su diversa procedencia, se destacan, con tenaz perseverancia, unos cuantos que, por sus anguarinas, grandes sombreros y alforjas al hombro (2) calificamos pronto de extremeños (3) que conducían las picantes producciones que tan buen color y sabor prestan a la cotidiana olla española .........De estos supimos que eran todos parientes de un mismo pueblo (Candelario) y no pudo por menos de chocarnos la semejanza de las facciones de tres de ellos que parecían uno mismo aunque de distintas edades; eran padre hijo y nieto.........".

(1)  "Panorama Martitrense" ("La calle de Toledo") 1832.
(2) "Vino desde Candelario" "con su traje estrafalario" nos dice una aleluya de aquel tiempo en pliego dedicado a tipos familiares de la Corte.
(3) Téngase en cuenta que la actual división administrativa en provincias, aún no estaba en vigor.

Acaso el segundo de los antedichos sea aquel Juan Farinato que, siete años después (4) ya establecido en Madrid, pujara por la subasta del "Parador de la Riguera", en la propia calle de Toledo, y que es "vecino del lugar de Candelario, en Extremadura, célebre villa por los exquisitos chorizos que desde la invención de la olla castellana ha vinculado a su nombre una reputación colosal" ya que, según parece "era la verdadera litografía de su padre en facciones, traje y apostura; y después de introducirle con el sinnúmero de amas de casas, despenseros y fondistas, de cuyos picantes placeres estaba encargado pensó en fijar en esta (en la Corte) su establecimiento, dejando al joven Farinatillo (5) el cuidado de ir y venir a Candelario por las remesas sucesivas."


(4) "Escenas Matritenses" (La Posada, o España en Madrid") 1839.
(5) No es del todo acertado el simbólico apellido que Mesonero adjudica al amadrileñado candelariense. El farinato nada tiene que ver con Candelario; es embutido propio de la comarca de Ciudad Rodrigo y su fama nunca fue poco mas que local.


Como vemos, por esta época la presencia de Candelario en Madrid es relevante e incuestionable. Es el Candelario de los inviernos de intensa actividad y de los veranos ociosos. A partir de Todos los Santos, día en que (por decreto gremial) comienzan las "Matanzas", hasta las Candelas, en que la "temporada" termina, Candelario se afana trabajando intensa y alegremente.A partir de esta última fecha recuas y galeras comienzan a salir cargadas con los miles y miles de banastas que van a repartir sus famosos productos por toda España; antes de tal día nadie hubiera osado exportar ni un solo chorizo. El verano del pueblo, es todo él, una bien merecida fiesta, sin forasteros. Época próspera cuyas fechas nos quedan grabadas en los pétreos dinteles de las casas de entonces construidas. Candelario es rico. Lo que Mesonero vincula a Madrid puede repetirlo cualquier otro cronista de las provincias de habla castellana en cualquiera de sus variedades dialectales.
(Continuará)

Extraído del libro de "Fiestas de Candelario 1974" el autor es Enrique Bejarano.
La foto es la señora María Rodriguez, estaba casada con el tío abuelo de Carmen, era la hermana de mi tío Pedro Rodriguez "el Gorra", famoso por ser uno de los mejores manposteros de toda la comarca, estaba casado con mi tía Lucía Martín. Es del Baúl de Carmen Martín

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