Láminas y Críticas de Núñez Losada; Uno

lámina Nuñez Losada 1

Ninguno como este pintor ambiciona tan grandes espacios, perspectivas tan dilatadas, magnitudes alpinas.Aún al margen de su técnica -que es espumeante y bullidora, de reflejos menudos-, sus asuntos merecían el reconocimiento de su originalidad. Es suya una versión directa de esas vastedades espaciales. Busca los contrastes lumínicos, las alturas con pureza de nieve y de cielo. Y de ello produce cuadros brillantes y claros, con un puesto destacado del paisajismo moderno. Prefiere las perspectivas magníficas no solo por sus alturas y lejanías, sino por la luz. por esos crepúsculos que bordean de luces enrojecidas los perfiles, por los contrastes de crestas incendiadas y las serenas luces de los primeros términos.

Nuñez Losada lamina 2

Su arte, formado por grandes conceptos y grandes técnicas y no por anécdotas, es gesto hondo, claro, comprensible y altamente deseable. No puede ni debe confundirse con la pirueta graciosa, extraña o grata, que puede resultar bien, pero salvo aberración de juicio no debe considerarse arte trascendente. El arte puede ser búsqueda de perfección o de estética, pero jamás plaza de pueblo para exhibición de paletismo. El arte intelectualizado no vale como expresión de cultura. Es siempre deshumanizado.
L.G.M.

nuñez Losada Lamina tres

El arte de Núñez Losada es un mirador abierto a la rosa de los vientos españoles. Por muchos radios distintos nos conduce la mirada a los paisajes más varios. El pintor se complace en cantar la belleza de la luz y las galas de la tierra con sus poemas de color, frescos del mas puro rocío del amanecer. Honradísimo artista, expresa su verdad para que la admiren y paladeen los que no tengan estragado el gusto por las pócimas del sofisma.
Rafael Laínez Alcalá

Nuñez Losada lamina cuatro

Este hijo predilecto de Candelario, nació en un paraíso y paraísos son sus cuadros; él ha sabido captar siempre con sus pinceles en un sinfín multicolor, el embrujo cautivador de los campos, y ahora, mejor que nunca, se ven  las altas cumbres nevadas del Pirineo o del Guadarrama, pasando por los verdes prados de Valsaín; el mar impetuoso estrellándose sobre los acantilados de la costa cantábrica, las tierras rojizas de Castilla, Segovia con su acueducto por un lado, y la catedral por el otro, parece que se quieren tocar, como si la mano del artista obrara el milagro de prolongar el primero, formando una especie de muralla abierta, con guardianes en sus arcos, celosos custodios de aquella maravilla.
Me he quedado extasiado ante ese cuadro de Toledo, con el Tajo a sus pies, espejo en el que se mira su Alcazar, centinela perpetuo cargado de Historia.

Comentarios

Entradas populares