El tío Pepado, Tipos y costumbres

Hubo en tiempos, en Candelario un señor de grata memoria, cuyo nombre no recuerdo; pero a juzgar por el apodo que le pusieron, debió llamarse José. Este señor, que era de condición humilde, tenía sin embargo porte señorial; de sesenta a setenta años, se dedicaba a la venta ambulante de telas y mercería, vistiendo correctamente y causando el respeto y el cariño de todo el vecindario por su honradez y buenas costumbres.

 Durante todo el año, pasaba inadvertida su presencia pero llegando la Semana Santa todo el mundo se hacía lenguas de la caridad de este buen candelariense, que con gran sacrificio y molestias sin cuento, preparaba una suculenta comida el día de Jueves Santo, para saciar con ella el hambre de los pobres de Candelario.

A tal efecto, solicitaba la ayuda de los vecinos pudientes y con una gran caldera que se procuraba, hacía un guiso de patatas, pescado y arroz que los numerosos pobres, que se reunían en su casa invitados por el, degustaban alegremente, alabando mientras el comía al promotor de tal banquete que tan gratamente les hacía pasar día tan señalado para toda la cristiandad.

 Y como nadie, que yo sepa ha honrado la memoria de este hombre tan filántropo y caritativo, me complazco en hacerlo público en esta simpática Hoja Parroquial para recuerdo de los supervivientes que lo conocieron y para que sirva de ejemplo a las generaciones actuales.

     Firmado  E. T.

COLABORACIÓN EN LA HOJA DE 31 DE AGOSTO DE 1963 AÑO II Nº 40

En la foto niños en la fuente del Parque data de 1937-38, en plena guerra civil.