Candelario, ayer hoy y siempre

Un viejo candelariense repetía con voz machacona, como eslogan, de las horas de euforia: "Medio año de carnaval. Otro medio Santa Ana y todas las noches nochebuena" Los entonces chiquillos reíamos la ocurrencia, pero hoy la vemos convertida en realidad y superada.
(Aunque todos los días del año abunde la estravagancia de indumentaria). Desde que llega el mes de Santa Ana, el pueblo se anima, los naturales se echan a la calle, los veraneantes lo llenan todo y la extraordinaria del 18 de Julio se quema en pólvora la semana de descanso.... sin descanso día y noche.
No es este mi pueblo, que me lo han cambiado.
Y ciertamente en lo accidental sigue la corriente de los nuevos tiempos. Las carabanas de obreros con su cesta de merienda se ha transformado en los productores que llenan los autobuses en las horas punta. Los bailes de las sociedades de carnaval y Santa Ana, se han convertido en vervenas, pista y cafeterías. Las armoniosas rondas del "Colchonero" en las comparsas del "cha-ca-chás". (En esto hemos perdido).
Pero gracias a Dios, continua inmutable lo fundamental: clima, paisaje, y sobre todo, la moralidad, religiosidad, vida patriarcal. Progresa el confort, fruto del mejor nivel de vida, se inauguran piscinas, campamentos, salas de cine. Tambien se restaura Ermita y Templo parroquial, con la sola aportación de los fieles, se advierte la presencia de cursillos de cristiandad y la Acción Católica, nacen asociaciones eucarísticas de hombres y florece como en los mejores días de la vida parroquial.
¿Como vemos nuestro pueblo? Con optimismo fundado en las realidades. Permanece la solera de la moralidad, aunque se hace difícil por el aluvión diario de visitantes.

Extraído de la Hoja Parroquial de Candelario Salamanca, 25 de Julio de 1967, año VI, número 128

En la foto del baúl de Julio el "Fotógrafo", candelarias de carnaval en el Casino Obrero Candelariense