Rasguños, 31 de Octubre de 1964, Nº 66


Registrando paredes y rincones, un pintor, que vivía en Madrid se fijó principalmente en dos cosas: en un cuadro del que me parece que solo he hecho mención y en el altar llamado de Los Mártires, del que si he dicho alguna cosa.

Sorprendió el joven pintor el cuadro de San Pedro mártir (de Verona)según el cronista D. Juan Muñoz (que en paz descanse).

Tanto digo le sorprendió como a mi me sorprendió su afirmación de que era de Zurbarán. Le facilité grandes escaleras para que pudiera llegar hasta el. Le miro entusiasmado, le palpó y al encontrar que la parte posterior del mismo estaba forrada con papel, exclamó desilusionado: No es de Zurbarán. También yo quedé sorprendido al enterarme de que los cuadros de Zurbarán no podían estar forrados por atrás con papel como otros muchos, a los cuales de ese modo se les preserva de la humedad.
A juicio mio anduvo mas acertado en su juicio acerca del altar de los Mártires.Señala su construcción en los primeros años del siglo XVII, fundándose en la madera de que está hecho y que no se empleaba en el siglo anterior, en que se suponía que había sido instalado en la Iglesia de Candelario

La foto:
Fray Gonzalo de Illescas, de Zurbarán

Francisco de Zurbarán
(1598-1664) Pintor español, uno de los más importantes valores de la pintura española del s. xvii. Nacido en Fuente de Cantos (Badajoz), pasó muy joven al taller de un pintor de imágenes piadosas en Sevilla (1614). Dos años más tarde pintó su Inmaculada Niña (1616; colección Valdés, Bilbao). En 1617 terminó su período de formación en el taller y se trasladó a Llerena (1617-26). Los dominicos del convento de San Pablo el Real, de Sevilla, le encargaron (1626) una serie de cuadros para la comunidad; obra maestra de este ciclo es el Cristo crucificado (1627; Art Institute de Chicago). El convento de la Merced Calzada de Sevilla le encargó (h. 1628) una extensa obra cíclica sobre la vida de San Pedro Nolasco: Visión de San Pedro Nolasco (Museo del Prado) y la extraordinaria serie de retratos de frailes que custodia la Real Academia de San Fernando de Madrid (Fray Jerónimo Pérez, Fray Francisco Zumel, Fray Pedro Machado, etc.).
Inició su período de plenitud con el ciclo pintado para la iglesia del Colegio de San Buenaventura en Sevilla (h. 1629).

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