Boda a la antigua usanza






Desde el año 1989 se realiza en Candelario la representación del rito nupcial a la manera tradicional. Un nutrido grupo de vecinos y vecinas ofician de actores improvisados poniendo en escena, por calles y plazas, el argumento de la boda tal y como se realizaba a finales del siglo XIX

Cada segundo domingo del mes de Agosto se pone en Marcha un complejo entramado de idas y venidas que comienza con la llegada de los padrinos, que siempre eran por parte del novio y distintos a los padres, a la casa del desposado.

Seguidamente las "mozas de la novia" van también a la casa del novio. Una vez reunido el cortejo se dirige a casa de la novia, a la que reclaman desde la calle con esta canción:

A por la novia venimos,
si nos la quieren dar.

A lo que contestan desde dentro de la casa:

Esperaros un poquito,
que se acabe de arreglar.


Novia y novio, padres y padrinos, mozos y mozas de la boda, y todo el acompañamiento se encaminan a la iglesia cantando diversas canciones por la calle. Un "mozo del novio" llama a las puertas de la iglesia, que se encuentran cerradas, y se canta por todos una canción con el siguiente estribillo:

Abrase la puerta,
del castillo fuerte,
Que viene la novia,
que viene la novia,
con toda su gente.


El ritual del matrimonio se realiza en el pórtico de la iglesia y los novios, ya marido y mujer, junto a todo el acompañamiento, suben al altar mayor. Allí un "mozo del novio" y una "moza de la novia" los velan cubriéndolos con las velambres o paño de los hombros y entregándoles una vela. Todo el acompañamiento realiza el "besamano" en la estola del sacerdote.



Una vez concluida la ceremonia religiosa se recibe la "enhorabuena" en casa de la novia seguida de un convite donde no faltan el vino y las "vainillas". Durante la comida se hace entrega a la novia de una naranja, cantando este verso:

Toma novia esta naranja,
repártela por la mesa,
da primero a tu marido,
como lo manda la iglesia.

La novia reparte los gajos de una naranja entre los invitados, empezando, como manda el dicho, por su marido.


Finalmente en una de las plazas de la villa se realiza el Tálamo.Los invitados ofrecen sus regalos a los novios indicando en una nota si es para el o para ella y recitando un verso corto, generalmente cómico y algo atrevido, en relación al obsequio entregado.


Terminaban las celebraciones del día con el baile de la boda. Antiguamente el novio sacaba a bailar a las mozas y éstas le daban dinero. A la novia también la sacaban a bailar los mozos con el mismo fin.Los bailes solían ser muy cortos.


Triptico editado por:
Ilustrísimo, Ayuntamiento de la Villa de Candelario
Excelentísima, Diputación Provincial de Salamanca

Fotografías de:
Antonio Caldera y Juan Santos Curto

Este folleto se publicó sobre los años 1999-2000.
Este año (2009)se ha declarado a este acto de Interés Turístico Regional

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