FRIO-Frio,Hablando con D. Luis, 30 de Abril de 1963


Contesto a la pregunta de un joven amigo que desea saber si merece Candelario el remoquete de muy frío por su clima con el que se le designa.

Puede decirse que no lo es mas que otros pueblos de los alrededores, pero como esta respuesta no bastará , le daré algún detalle de los inviernos que disfrutamos seis o siete meses cada año

Recuerdo a una mujer de Tremedal, que venía a visitar a su hija; la sorprendió una tempestad de nieve , muriendo en el camino. Salió en el atardecer de un día de invierno hacia su pueblo un hombre sesentón. No llegó a su casa y fué hallado en el camino, muerto de frío. Dos hombres en distintos días salieron al monte a por leña y aunque el sol lucía esplendoroso uno y otro sufrieron tal congestión de frío que murieron a los tres días.
En los estertores del siglo XVII unas señoras que vivían cerca de la ermita del Cristo del Refugio, pidieron al Sr Obispo un sacerdote que dijese misa en esta ermita , por que la cuesta en todos los tiempos y la nieve y el hielo, les impedía ir a la parroquia. Los niños tienen sus delicias los días de hielo en deslizarse cueta abajo, sentados en una tabla o en la quijada de algún buey. Los chuzos (estalactitas dicen algunos), que penden de los tejados al derretirse la nieve en dias fríos, cuelgan a veces y son muy largos, casi de un metro de longitud.

Cual sería el frío una mañana, en que a los veinte metros de salir de casa , el vapor acuoso de la respiración que de la boca, bien enfundada, subía hasta los ojos , se condensaba en las pestañas, convertido en hielo. ¡como en Alaska!

Era necesario administrar los Sacramentos a un hombre que vivía en el campo, viniendo a llamarme un joven robusto; llovía mucho y era pequeño, mal comparado con el viento uracanado, que poco antes de llegar a la casa donde íbamos, nos vimos obligados a agarrarnos unos a otros y resguardarnos junto a una pared durante unos minutos.

A veces bajan de la sierra como derrumbadas, enormes masas de viento helado que cimbrean los tejados, especialmente el de la iglesia. Levanta y rompe las tejas y se convierte en una criba, estropeando las aguas arco, paredes, altares y los artesonados interesantes y riquísimos.

En estas ocasiones no respeta los mas corpulentos árboles. El castaño (hermoso ejemplar) mayor, que aquí he visto y que dió cerca de quince toneladas de madera y leña, fué arrancado de cuajo una mañana de invierno.

Hace diez o doce años, el 6 de Diciembre, amaneció con una nevada que duró hasta el 12 de Febrero en la calle de mi casa que conduce a la iglesia. Dije misa en presencia del monaguillo que su padre llevó a las costilla hasta la iglesia y el señor alcalde.

Un día de deshielo, tras noche de gran lluvia, intenté llegar al convento de las siervas de San José y el torrente que bajaba por la calle de Enrique Fraile, era tan grande e impetuoso, que temiendo ser derribado, me volví con mucho cuidado a la iglesia. Mis monjitas enfermas no pudieron comulgar aquel día.

Como resumen de todo esto, puedo decirte que si no todos los inviernos son duros, casi todos se les puede aplicar en muchos días la frase del Cesar "Erat hiems summa, tempestas perfigida, imber vero maximus"(ya todos sabeis latín)

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